A Slevin la vida no le va nada bien: después de perder su trabajo y que su casa sea declarada en ruinas, encuentra a su novia con otro en la cama. Desesperado, decide irse de Los Ángeles una temporada y alojarse en el apartamento que un amigo tiene en Nueva York. Pero la auténtica pesadilla de Slevin empezará cuando se vea involucrado en el sórdido mundo de la mafia neoyorquina. Los dos gánsteres más respetados y temidos de la ciudad, El Rabino y El Jefe, antes socios y ahora enemigos acérrimos, viven atrincherados en sus fortalezas y llevan 20 años sin salir de ellas. Para vengar el asesinato de su hijo, El Jefe planea matar al hijo del Rabino, pero sin dejar huellas, pues, en caso contrario, estallaría una sangrienta guerra entre los dos clanes. El plan consiste en buscar un jugador que le deba mucho dinero al Jefe y encargarle el asunto.De todos modos, veo como se le intentan quitar méritos al guión y sigo sin entenderlo. ¿Es que nadie está mirando a la pantalla? ¿No veis a los personajes? ¿No veis su dirección? ¿No veis su ritmo? Pero por diooos, mira que a mi me jode decirlo, porque cuando vi “Gangster nº 1” de McGuigan el tío prometía, y mucho., pero aquí… pasa de realizar un film de una estética atrevida a algo totalmente convencional, de personajes con carácter, bien madurados e interpretados con soberbia garra a tipos que pululan por ahí, que tienen sus chispazos, pero que no van más allá, de ritmo frenético y potente a algo estilizado mediante el prototipo norteamericano, pero falto de intensidad.
En pocas palabras, que deja lo que se podría haber convertido en un thriller notable, en algo interesantillo, con momentos y que es ameno mientras dura, por suerte, siendo así un thriller satisfactorio en parte, que entretendrá a todo aquel que no busque más que un vehículo de escape tan convincente como sólido, con un Hartnett simpático y un plantel de secundarios de auténtico lujo que, si bien no desbordan como en otras ocasiones, sí cumplen, que ya es algo.
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