En un régimen totalitario de una sociedad futura, se ha conseguido eliminar la guerra a base de suprimir todas las emociones: los libros, el arte y la música están estrictamente prohibidos, y los sentimientos se consideran crímenes que deben ser castigados con la muerte. Clerick John Preston (Christian Bale) es un agente del gobierno cuya misión consiste en ejecutar a quienes desobedezcan estas reglas; sin embargo, en un cierto momento, empieza a preguntarse cuáles son sus sentimientos y emociones y si merece la pena vivir sin ellos. Equilibrium

Critica:

Como comentan por ahí, para disfrutar moderadamente de la película hay que superar una premisa un tanto desquiciada (lean la sinopsis) y también, añado, detalles que debieran provocar algún respingo de estupefacción en el espectador avezado. Y es que la trama nos plantea un mundo en el que se suprimen los elementos cotidianos susceptibles de generar cualquier tipo de emotividad (distopismo de cuarta generación, admitámoslo), pero se tolera y jalea la convivencia marital con, agárrense los machos, hijos concebidos, alumbrados, criados y alimentados en el seno familiar. Paradójicamente, los libros son requisados porque la poesía, que es muy mala, provoca melancolía… Concluiremos pues que según el guionista se le coge más cariño a las novelas que a la parienta y los chiquillos (¿). Y probablemente sea cierto pero, joder, ese mensaje es más propio del cine de autor y no de esto… En fin, no creo que sea una barbaridad afirmar que detalles así son obstáculos para un pleno disfrute de estos 107 señores minutos (algo menos, en realidad… descontando créditos finales).

No me olvido tampoco de esas coreografías, por poner alguna pega más, esos pasos de flamenco adaptados a los disparos; movimientos que buscan la gracia andaluza en gestos, no se lo van a creer, de reminiscencias orientales… La cosa acaba en algo así como las “Seeeevillana Japoné” (algunos lo recordarán) aplicadas a una esgrima de pistolas… Por raro que parezca lo que estoy diciendo.

Una vez superados estos escollos, que probablemente sea mucho superar, pues la peli no carece de cierto ritmo y tiene una introducción y un nudo parcialmente interesantes. La trama la hemos visto cientos de veces, el guión es más de cómic que de peli de sci-fi, y se recurre con excesiva desfachatez a la benevolencia del espectador… Pero hasta poco antes de su mitad se sabe vender y, lo reconozco, hubiese comprado la enciclopedia.

Y que conste que no me meto con los efectos especiales, el vestuario (ya saben, gendarmería con cascos de moto de cristal ahumado) y la dirección artística… No seremos prosaicos y aceptaremos que el dinero no da la felicidad, pese a que un presupuesto elevado nunca vino mal para las películas de acción (salvo que te llames John y te apellides Carpenter, claro).

Como digo, la cosa se sostiene mientras dura el planteamiento, pero al meterse la trama en harina aparece cierto aburrimiento (incluso a partir del minuto 70 podría sin reparos hablar de un sopor morrocotudo). Te tiene que pillar de buenas, repito… Y hasta se merece cierta condescendencia por C. Bale, la Watson (por muy florero que sea su personaje), y por el lustre nada desdeñable de producto voluntarioso y friki que tiene.

Pero no puedo negar que finalmente esta peli no deja de ser ver a George Orwell haciendo el pino puente. Cosa muy molona, pero quizás cinematográficamente poco gratificante.